El día empezó como otro cualquiera aquí en el Manantial, desayunamos y empezamos con el trabajo, vino la educadora, se llama Libertad y empezamos
a preparar las cosas para la matanza, yo era la primera vez que presenciaba una y
me sabía raro, pero emocionado al mismo tiempo, entonces vino Desiderio, un mo-
nitor, y empieza la acción.
Vamos donde están los guarros con un lazo para agarrar
la boca e inmovilizarlo junto a dos grandes cuerdas para las patas, fuimos Libertad,
Desiderio, Esteban, Javier, Corral, Josemari y yo. Javi y Desiderio se metieron dentro.
El cerdo empezó a gritar, Javi le echa el lazo a la boca, Desiderio le amarra la pata
delantera y pata trasera el cerdo no dejaba de gritar, yo observaba y aguantaba a la perra, CHICA, de nombre, para que no asustara al cerdo. Sacaron al cerdo y fue llevado a una mesa de madera, lo subimos y se mató con una puñalada en el cuello.
Luego lo pelamos con una bombona para quemar la carne y el pelo, yo aguantaba
la bombona mientras Desiderio lo quemaba y los demás despellejaban con cuchillos.
Luego lo llevamos al taller, lo colgamos y lo empezó a descuartizar y ya empezaron a
hacer fotos otros compañeros, el segundo cerdo fue igual aunque éste gritaba más,
pues ya viendo el primero sabia su final y mientras se trabajaba el cerdo,
trajeron unos refrescos y jamón, luego empezamos a encender una candela, mientras otros preparaban la carne para asarla y comerla, se encendió la candela y bebíamos
refrescos y picábamos algo de chacinas que traían los compañeros de cocina, nos juntamos unos pocos junto a la lumbre y empezamos a cantar canciones y disfrutando el momento encendiendo la candela, pusimos ladrillos y la parrilla para cocinar la carne, seguimos cantando, bebiendo refresco y comiendo, riendo, pasándolo muy bien.
Vino la gran comida: asadura de cerdo y callos, nos lavamos las manos, nos juntamos todos y empezamos a disfrutar la comida. Estaba todo muy rico, lo podeis imaginar seguimos sacando fotos ,luego tomamos café y seguimos cantando y riendo, tomamos el café y de momento de nuevo a la vida diaria . Es una gran experiencia para vivirla y se pasa de ¡Puta madre!
Anónimo
a preparar las cosas para la matanza, yo era la primera vez que presenciaba una y
me sabía raro, pero emocionado al mismo tiempo, entonces vino Desiderio, un mo-
nitor, y empieza la acción.
Vamos donde están los guarros con un lazo para agarrar
la boca e inmovilizarlo junto a dos grandes cuerdas para las patas, fuimos Libertad,
Desiderio, Esteban, Javier, Corral, Josemari y yo. Javi y Desiderio se metieron dentro.
El cerdo empezó a gritar, Javi le echa el lazo a la boca, Desiderio le amarra la pata
delantera y pata trasera el cerdo no dejaba de gritar, yo observaba y aguantaba a la perra, CHICA, de nombre, para que no asustara al cerdo. Sacaron al cerdo y fue llevado a una mesa de madera, lo subimos y se mató con una puñalada en el cuello.
Luego lo pelamos con una bombona para quemar la carne y el pelo, yo aguantaba
la bombona mientras Desiderio lo quemaba y los demás despellejaban con cuchillos.
Luego lo llevamos al taller, lo colgamos y lo empezó a descuartizar y ya empezaron a
hacer fotos otros compañeros, el segundo cerdo fue igual aunque éste gritaba más,
pues ya viendo el primero sabia su final y mientras se trabajaba el cerdo,
trajeron unos refrescos y jamón, luego empezamos a encender una candela, mientras otros preparaban la carne para asarla y comerla, se encendió la candela y bebíamos
refrescos y picábamos algo de chacinas que traían los compañeros de cocina, nos juntamos unos pocos junto a la lumbre y empezamos a cantar canciones y disfrutando el momento encendiendo la candela, pusimos ladrillos y la parrilla para cocinar la carne, seguimos cantando, bebiendo refresco y comiendo, riendo, pasándolo muy bien.
Vino la gran comida: asadura de cerdo y callos, nos lavamos las manos, nos juntamos todos y empezamos a disfrutar la comida. Estaba todo muy rico, lo podeis imaginar seguimos sacando fotos ,luego tomamos café y seguimos cantando y riendo, tomamos el café y de momento de nuevo a la vida diaria . Es una gran experiencia para vivirla y se pasa de ¡Puta madre!
Anónimo
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