Salimos del Manantial, somos un grupo de personas a
los que llaman pacientes pero no sé de qué mala enfermedad,
pues nuestra única cura es saber vivir la vida.
Hoy salimos a la libertad, libertad de este encierro al que nos sometimos, encierro que aceptamos, pero del que solo algunos
vamos a salir, por desgracia pocos.
Hoy el grupo se divide, se divide en dos como dividido está todos los días aunque juntos vivimos, pues yo nunca elegí estar aquí y
ahora, y ellos tampoco eligieron estar conmigo.
Emilio nos lleva, nos guía, estamos en el bosque, conseguimos olvidar, nos distraemos, reimos, nos caemos... esto dura lo
suficiente como para olvidar, ¡ cuánto nos gusta olvidar! en vez de ser capaces de disfrutar.
Cogemos setas al andar, chantarelas para disfrutar, pequeña, delicada y bonita como nuestra vida deberíamos de cuidar.
La tarde cae, igual que nuestro entusiasmo al ver la valla del
los que llaman pacientes pero no sé de qué mala enfermedad,
pues nuestra única cura es saber vivir la vida.
Hoy salimos a la libertad, libertad de este encierro al que nos sometimos, encierro que aceptamos, pero del que solo algunos
vamos a salir, por desgracia pocos.
Hoy el grupo se divide, se divide en dos como dividido está todos los días aunque juntos vivimos, pues yo nunca elegí estar aquí y
ahora, y ellos tampoco eligieron estar conmigo.
Emilio nos lleva, nos guía, estamos en el bosque, conseguimos olvidar, nos distraemos, reimos, nos caemos... esto dura lo
suficiente como para olvidar, ¡ cuánto nos gusta olvidar! en vez de ser capaces de disfrutar.
Cogemos setas al andar, chantarelas para disfrutar, pequeña, delicada y bonita como nuestra vida deberíamos de cuidar.
La tarde cae, igual que nuestro entusiasmo al ver la valla del
Manantial, se va Emilio, se fue la Libertad.
Escrito por Alejandro Reina
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